jueves, 20 de mayo de 2010

Mí experiencia en la UPN

Lo último y nos vamos
Agosto 7 de 2006, uno de los días más importantes de mí vida pues era mí primer jornada escolar en la Universidad Pedagógica Nacional, hoy a pocos días de ver consumados cuatro años de esfuerzo constante, ha llegado el momento de reflexionar sobre mi estancia en ella, así como todas las experiencias y recuerdos que me deja la “UPN”.
Son tantas las cosas por contar vividas en la pedagógica, pero comenzaré por la noche anterior a mí primer día de clases, estaba llena de miedos, inseguridades, pero a la vez gusto y emoción por saber cómo sería, y después de una larga noche en la que por cierto no puede conciliar el sueño del todo, llego el tan esperado día, me levante muy tempranito me arregle y llegue a la universidad en punto de la hora de clases. Al estar frente a ella, todo fue tan extraño, era algo nuevo, totalmente distinto a mis otras escuelas, estaba parada justo en la entrada principal de la Universidad Pedagógica Nacional con el cuerpo invadido de nervios sin saber a ciencia cierta a que me enfrentaría y al mismo tiempo comenzaba a escribir una nueva historia.

Así, después de varios minutos de haber entrado a la institución localice el salón de clases y tras ubicarme en una butaca, de manera inmediata entable conversación con mi compañera de enfrente, justo en ese momento inicio lo que ahora es un gran lazo de amistad.

A la llegada de la profesora los nervios se intensificaron pero el hecho de mostrarse con una actitud tranquila y amigable me devolvió un poco la calma, el siguiente profesor de igual manera fue sereno, amistoso, lo cual me tranquilizo en su totalidad y de esa forma libre el día uno de clases en la UPN.

Algo que recuerdo es que aún no ubicaba del todo el camino de regreso pero una vez que llegue a casa no paraba de hablar de las clases, de los profesores, de mis compañeros, de las instalaciones, del salón, etc.

Los primeros días de clases transcurrieron con calma, hasta que llego el profesor de la tan temida “Ciencia y Sociedad”, aun no lo conocía y ya me habían hecho toda clase de comentarios sobre él y la asignatura, y en efecto en su mayoría eran ciertos; sin embargo ese fue el primer reto que había que enfrentar y el cual por cierto supere de manera satisfactoria.

Así, pasaron los siguientes semestres cada uno fue especial, aprendí algo nuevo, y conocí personas que ahora forman parte de mi vida.

Ahora es preciso hacer mención de los diversos factores que influyen y siguen influyendo de manera significativa en distintos momentos de mí estancia en la Universidad Pedagógica.

Comenzaré por mis profesores, a lo largo de los semestres conocí a toda clase de maestros tuve desde los estrictos que con el hecho de entrar al salón de clases me hacían sentir sumamente nerviosa y afligida, los profesores con los que me sentía tranquila, cómoda que me daban confianza, había con quienes la clase se hacia eterna y en ocasiones era aburrida, tuve profesores con los que la sesión era tan interesante, amena y agradable que esperaba con gusto la siguiente sesión, hubo maestros conflictivos y en efecto no podían faltar los barcos buena onda; sin embargo aunque en su momento me hicieron sufrir, sentirme bien, incluso reír, de cada uno de ellos aprendí algo nuevo y sobre todo me llevo un recuerdo.

El ritmo de trabajo fue intenso en algunos momentos, pues había ocasiones en que las cantidades de tarea eran tan grandes que creía que jamás iba a terminar, incluso hubo materias que me afligían en las que parecía que mi vida giraba en torno a ellas.

En la pedagógica hice de todo desde obras de teatro musicales, pastorelas, hasta hacer educación física una vez por semana.

En cuanto a mis amistades otra factor importante en mi paso por la universidad, hoy por hoy mi grupo de amigas es conformado por cuatro personas cada una de distinta personalidad, incluso con caracteres opuestos y aunque ha habido riñas, disgustos, malos entendidos, discusiones, en el fondo sabemos que podemos contar una con la otra; sin embargo este grupo no fue así todo el tiempo pues conforme avanzaban los semestres se fue transformando hubo gente se alejo y personas nuevas llegaron para quedarse.

Algo importante que viví en la pedagógica es el ingreso al ya conocido campo de Educomunicacion, seria casi imposible no mencionar esta etapa de mi vida en la carrera. Desde un principio fue un campo polémico, en el que a última hora decidí entrar, pero aun así debo decir que no me arrepiento, este ultimo año de la carrera fue especial, conviví, compartí, conocí y sobre todo aprendí tanto de mis compañeros de clase como de mis profesores.

En cuanto a mí, debo decir que soy otra persona muy distinta a aquella tímida introvertida, llena de miedos e inseguridades que entro al salón ese 7 de agosto de 2006, y es que ahora entiendo cuando los profesores hacían el comentario de que la educación te transforma y es muy cierto, uno entra a la universidad con una perspectiva del mundo, de la vida de nuestra vida, y hoy encontrándome en octavo semestre y a poco menos de 3 semanas de concluir la carrera observo el mundo con una mirada distinta.

Si me preguntan como me siento en ésta etapa de mi vida, he de decir que tengo una serie de sentimientos encontrados, por un lado me invade la dicha por concluir la licenciatura, ver mi sueño y el de mis padres cumplido me hace sentir una satisfacción enorme por cumplir una de mis tantas metas, pero es aún más gratificante observar la alegría de mis papás el orgullo con el que dicen “mi hija ya va a terminar la carrera”, me siento contenta por que al fin estoy cosechando lo que sembré hace ya cuatro años y que veía tan lejano.

Curiosamente ligado a todos estos sentimientos de alegría vienen a mí, otros tantos de nostalgia, tristeza, melancolía, por el hecho de cerrar esta etapa de dejar la universidad, los amigos, los profesores, el salón de clases, la biblioteca, incluso la cafetería, etc,.

Aunado a estos sentimientos se agregan el miedo, los nervios, la incertidumbre, algo muy parecido a mi primer día de clases, pero ahora por el hecho de tener un futuro incierto, de no saber qué me tiene preparado la vida o mejor dicho de enfrentarme a la vida de manera distinta ya no como aquella Jennifer de 19 años que un buen día ingreso a la Pedagógica si no ahora como “Jennifer la pedagoga” lo que significa que ya no soy la misma, que ahora como pedagoga esta en mis manos la educación del niño que será el hombre del día de mañana, lo cual me pone a reflexionar en si poseo verdaderamente los conocimientos para enfrentarme a la vida laboral, para enfrentarme a la realidad a esa vida llena de obstáculos a esa vida fuera del aula, ya no como una alumna más sino como un profesional de la educación; sin embargo a pesar de toda esta incertidumbre que poco a poco comienza a apoderarse de mi yo me encuentro dispuesta a ser participe del proceso educativo y sobre todo de compartir mis conocimientos con todas las personas que lo requieran.

Y como bien dicen coloquialmente no hay plazo que no se cumpla, comienza la cuenta regresiva se acortan mis días en la “UPN”, esa institución que si bien en un principio no fue la primera que venia a mi mente cuando pensaba en continuar los estudios debo decir que le estaré eternamente agradecida. Hoy a escasas semanas de concluir la licenciatura en Pedagogía confirmo que la vida es tan sabia que a cada persona nos acomoda justo en el lugar y el momento en el que debemos estar, y en este momento agradezco el hecho de que me haya puesto en la Universidad Pedagógica Nacional generación 2006-2010.

Mayo 19 de 2010.

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